Música, universo en expansión

La música es el denominador común a la hora componer, tocar, dar clases, investigar y hasta escribir en general. Música, entendida para mi, como un universo en permanente expansión.

jueves, 23 de abril de 2009

Detalles (AMB) Grisey: El mejor comienzo, el peor final (todo en uno)

Partiels, de Gerard Grisey tiene un comienzo espectacular:

Y un final decepcionante, sobre todo por lo incoherente con el proyecto estético del propio Grisey: "Nous sommes de musiciens et notre modèle, c'est le son, non la littérature, le son, non les mathématiques, le son, non le théatre, les arts plastiques, la théorie des quanta, l'astrologie ou l' acupunture"1.
Luego de despacharse con este manifiesto autonomista, su obra termina así:

En una obra que bascula entre lo armónico y lo inarmónico (incluyendo al ruido), lo periódico y lo aperiódico, y postula su origen y matriz en el análisis de un Mi grave de un trombón, Grisey explica que la salida para ese péndulo sin fin es ir hacia el silencio: “El final de Partiels se mueve progresivamente hacia el silencio, pero el silencio perfecto no existe –siempre hay un espectador que tose, un músico que deja caer su sordina o comienza a guardar sus cosas. Sin embargo, yo encaré esta imposibilidad de silencio a partir de dos procedimientos que alternan: el primero consiste en ir de los sonidos al silencio, y el segundo desde el silencio hacia un grupo de sonidos tomados de la vida diaria de los instrumentistas dar vuelta las páginas, guardar los arcos de violín, etc.). Para al final aparece un verdadero silencio, tanto que el público permanece sin respirar: el percusionista hace creer que va a dar un golpe formidable con los címbalos, pero es detenido por el extinguirse de las luces que anuncian la llegada del entreacto. En términos musicales es una gigantesca anacrusa del primer acorde de Modulations" (2)
Esta solución teatral para una obra que se pretende organizada por una lógica intrínsecamente musical, me hace acordar a los finales convencionales -con cadencia auténtica y todo-, de varios de los fantásticos Preludios Opus 28, de Chopin.
La novedad muchas veces revolucionaria de una obra a veces parecería superar a las fuerzas de su creador, que no consigue resolver el enigma que ésta le crea, por ejemplo, respecto de cómo terminarlas.

1 Grisey, Gerard, citado en Wilson, Peter Niklas "Vers una Ecologie des Sons", Revista Entretemps Nº 8,Paris. L, septiembre de 1989,' pagina 55

2. Grisey, Gerard, entrevistado por Guy Lelong, en el booklet del CD "Les Espaces Acoustiques" (no tengo el CD a mano, luego actualizo la data faltante).

2 comentarios:

  1. Es evidente que este post conecta con el que le dedicaste al Preludio en La menor de Chopin. Parece tratarse de un tipo particular de obras que, en cierto momento, se desvían del rumbo (o incluso la aparente falta de rumbo)que habían instalado al principio, como si, por motivos de distinto orden, no cumplieran con su propia consumación. Sería interesante, tal vez como simple curiosidad o como vía de detección de problemas ocultos, encontrar otros ejemplos de esa especie. Por ahora se me ocurre solamente la Sonata op. 13 de Beethoven. Saludos.
    Pablo Gianera.

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  2. Es difícil discernir qué ha ocurrido en cada caso. Pensando en Grisey también hay una parte de "teatro" en la obra que antecede a "Partiels" (que integra un ciclo de seis obras que se deberían tocar todas en un concierto y que llamó "Les Espaces Acoustiques"). Se trata de "Periodes" para siete instrumentos. Ahí, luego de jugar con batidos, cuartos de tono y otras cuestiones del universo microtonal, detiene la acción musical para hacer un juego, que pretende ser risueño, en el que los músicos se ponen a afinar (sic!). La repetición de gestos teatrales podrían ser, tal vez, una cuestión de estilo de Grisey. Aunque, como decía antes, sea tan poco consecuente con su planteo autonomista... Seguiré buscando otros casos, a ver si se puede establecer alguna hipótesis. O quedernos en la curiosidad nomás. Gracias por postear!

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