La Teoría Sagrada del Teatro Acústico, de Oscar Edelstein, debe rondar casi una hora de duración. La extensión es una característica de la música de Edelstein, que la hace distintiva en un medio como el argentino, caracterizado por obras de mucho menor aliento, o más reconcentradas, según como se lo quiera ver. Es una obra en la que Edelstein logró el punto más alto de cohesión entre proyecto estético y performance con el Ensamble Nacional del Sur, en su primera conformación.
Dentro de la obra, que incluye partes electroacústicas y corales grabadas, hay un fragmento que me impactó muchísimo cuando lo escuché por primera vez en un CD y, más aún, en vivo.
Se trata de Omega 2 y 3 que tiene una duración de un minuto cuarenta segundos. El fragmento se construye sobre la base de una unidad mínima, la semicorchea según la notación, en la que se montan desplazamientos del "pulso" y de los acentos, entre los diferentes instrumentos que conforman el sexteto de dos guitarras eléctricas, un piano, un teclado, bajo y percusión.
El pasaje remite a Stravinsky y Messiaen. Pero la novedad (además de la tímbrica rockera-electroacústica) radica en la distribución espacial de las fuentes. La Teoría sagrada... es una "puesta en obra" de los principios de organización espacial propuestos por Edelstein su programa "Teatro Acústico".
En particular, este pasaje trata sobre cómo seis fuentes sonoras fijas construyen movimientos y trayectorias en el espacio acústico, en función de las asociaciones tímbricas y rítmicas.
Concretamente hay en este pasaje un "conflicto" para la agrupación gestaltica: está la fusión que propone la rítmica pulsada y luego la "fisión" de las fuentes separadas, en el original, en un sistema cuadrafónico ( y en un SACD, en formato 5.1). Un extraño y bello hoquetus en tres dimensiones, que resiste el análisis al que lo estamos sometiendo en un proyecto de investigación que dirijo en la UNQ.
Soy muy reacio de hablar de momentos "míticos", pero la presentación de ese disco en la Trastienda fue realmente notable. Empezó la cosa con la pasada del disco, grabado en estudio. Todos nos preguntábamos cómo cuernos iban a hacer para "enganchar" con la obra y seguirla tocando en vivo sin perder la notable calidad de audio e interpretación en el intento. Pero ocurrió, gracias a la magia de Daniel Hernández y de Edelstein y el ENS, que por ese entonces era una máquina aceitada de hacer música electroacústica en tiempo real. Las obras estaban "escritas" en las cabezas de los integrantes, que las interpretaban y completaban en vivo con un sistema de señas a cargo del propio Edelstein.
Un eficaz sistema para el resultado sonoro, pero un dolor de cabeza para hacer análisis hoy, porque hay que realizar una transcripción de algo que nunca terminó de quedar del todo fijado, sino que se resolvía en vivo cada vez (como por cierto, para seguir en clima hace en otro lugar, pero no tan lejano, Gismonti con su música). En el proceso de análisis surge un elemento incuantificable pero que es signo de esto: las fluctuaciones del tempo. Esos accellerando colectivos solo salen cuando ensayas mucho. Es como el fraseo de la orquesta de pugliese, resistente a un algoritmo, pura cualidad.
En este caso, es imprescindible escuchar el pasaje con auriculares, para comprender mejor el asunto.
Omega 2 y 3. Fragmento de "Teoría Sagrada del Espacio Acústico", de Oscar Edelstein. ENS: Richard Arce, Nicolás Varchausky (guitarras eléctricas); Mario Castelli, Mariano Cura (teclados), Jerónimo Carmona (bajo), Diego Romero Mascaró (percusión).
PROPUESTA: invito a todos/as a hacer este mismo ejercicio y mandarme la info. Yo me ofrezco a subir audio y partitura correspodientes en el blog.
Dentro de la obra, que incluye partes electroacústicas y corales grabadas, hay un fragmento que me impactó muchísimo cuando lo escuché por primera vez en un CD y, más aún, en vivo.
Se trata de Omega 2 y 3 que tiene una duración de un minuto cuarenta segundos. El fragmento se construye sobre la base de una unidad mínima, la semicorchea según la notación, en la que se montan desplazamientos del "pulso" y de los acentos, entre los diferentes instrumentos que conforman el sexteto de dos guitarras eléctricas, un piano, un teclado, bajo y percusión.
El pasaje remite a Stravinsky y Messiaen. Pero la novedad (además de la tímbrica rockera-electroacústica) radica en la distribución espacial de las fuentes. La Teoría sagrada... es una "puesta en obra" de los principios de organización espacial propuestos por Edelstein su programa "Teatro Acústico".
En particular, este pasaje trata sobre cómo seis fuentes sonoras fijas construyen movimientos y trayectorias en el espacio acústico, en función de las asociaciones tímbricas y rítmicas.
Concretamente hay en este pasaje un "conflicto" para la agrupación gestaltica: está la fusión que propone la rítmica pulsada y luego la "fisión" de las fuentes separadas, en el original, en un sistema cuadrafónico ( y en un SACD, en formato 5.1). Un extraño y bello hoquetus en tres dimensiones, que resiste el análisis al que lo estamos sometiendo en un proyecto de investigación que dirijo en la UNQ.
Soy muy reacio de hablar de momentos "míticos", pero la presentación de ese disco en la Trastienda fue realmente notable. Empezó la cosa con la pasada del disco, grabado en estudio. Todos nos preguntábamos cómo cuernos iban a hacer para "enganchar" con la obra y seguirla tocando en vivo sin perder la notable calidad de audio e interpretación en el intento. Pero ocurrió, gracias a la magia de Daniel Hernández y de Edelstein y el ENS, que por ese entonces era una máquina aceitada de hacer música electroacústica en tiempo real. Las obras estaban "escritas" en las cabezas de los integrantes, que las interpretaban y completaban en vivo con un sistema de señas a cargo del propio Edelstein.
Un eficaz sistema para el resultado sonoro, pero un dolor de cabeza para hacer análisis hoy, porque hay que realizar una transcripción de algo que nunca terminó de quedar del todo fijado, sino que se resolvía en vivo cada vez (como por cierto, para seguir en clima hace en otro lugar, pero no tan lejano, Gismonti con su música). En el proceso de análisis surge un elemento incuantificable pero que es signo de esto: las fluctuaciones del tempo. Esos accellerando colectivos solo salen cuando ensayas mucho. Es como el fraseo de la orquesta de pugliese, resistente a un algoritmo, pura cualidad.
En este caso, es imprescindible escuchar el pasaje con auriculares, para comprender mejor el asunto.
Omega 2 y 3. Fragmento de "Teoría Sagrada del Espacio Acústico", de Oscar Edelstein. ENS: Richard Arce, Nicolás Varchausky (guitarras eléctricas); Mario Castelli, Mariano Cura (teclados), Jerónimo Carmona (bajo), Diego Romero Mascaró (percusión).
PROPUESTA: invito a todos/as a hacer este mismo ejercicio y mandarme la info. Yo me ofrezco a subir audio y partitura correspodientes en el blog.
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