Si se fijan en la pagina en la que encontré un fragmento de Diagonal, la obra de Luis Naon, lo que suena es una fiel descripción del mundo hibridado que cruza las calles de esta partitura.
La escritura en microintervalos, herencia de la escuela espectralista francesa que Luis conoció "in situ" (fue colega de Grisey en el Conservatorio Nacional), la polifonía compleja pero cristalina, el uso de ricochets en las cuerdas, por un lado. Los giros tangueros del violín y la flauta y luego cierta cadencia rítmica que está en el fondo de muchos pasajes, sin animarse al primer plano, digamos (esto no se escucha en el fragmento, prometo subirlo en este post para que se lo escuche junto con la partitura en unos días).
Esto último es consitutivo de un modo francés de hacer las transacciones con lo popular, que es diferente a los primeros planos que hace un Kagel, aunque siempre mediados por la ironía y lo cristalizado de sus materiales. Hasta llegar a la superposición "descarnada", o "ecléctica" según se la quiera escuchar, de un Golijov en Norteamérica.
La escritura en microintervalos, herencia de la escuela espectralista francesa que Luis conoció "in situ" (fue colega de Grisey en el Conservatorio Nacional), la polifonía compleja pero cristalina, el uso de ricochets en las cuerdas, por un lado. Los giros tangueros del violín y la flauta y luego cierta cadencia rítmica que está en el fondo de muchos pasajes, sin animarse al primer plano, digamos (esto no se escucha en el fragmento, prometo subirlo en este post para que se lo escuche junto con la partitura en unos días).
Esto último es consitutivo de un modo francés de hacer las transacciones con lo popular, que es diferente a los primeros planos que hace un Kagel, aunque siempre mediados por la ironía y lo cristalizado de sus materiales. Hasta llegar a la superposición "descarnada", o "ecléctica" según se la quiera escuchar, de un Golijov en Norteamérica.
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