Gandini, premiado, escrito y elogiado, se sentó luego al piano, para producir el estreno local de su Sonata Nº 8 (diario 2008). Momentos antes de hacerlo, comentó que el último de los 14 fragmentos en que podría segmentarse la obra, se basaba en la Misa de Notre Dame de Machaut.
Cuando llegó ese momento, me ocurrieron varias cosas, supongo que en forma entre simultánea o velozmente yuxtapuesta. Voy con la primera:
Me acordé de las clases de Armonía con Sergio Hualpa, en Bellas Artes de la UNLP. Hualpa tenía una memoria prodigiosa de toda la literatura pianística, camarística, orquestal y aledaños de la música centro europea. Producto de su experiencia, creo que de maestro acompañante, solía abandonar la partitura que estaba tocando y pasar a un fragmento de "Tristán e Isolda" a otro de Hugo Wolff, para reforzar con hechos sonoros, lo que estaba argumentando. Me acordé de esto, porque en muchos casos, todos teníamos que hacer un esfuerzo de imaginación para completar lo que faltaba: cuerdas, voces, metales, percusión.
En el final de la octava sonata, Gandini estaba trayendo, desde el piano, las voces de la primer misa completa "de autor". Creo que nunca la escuché en vivo, pero si en disco varias veces; la seguí con partitura durante diferentes momentos de estudiante. La polifonía que traía Gandini desde el piano, me llevó a ese ejercicio de completar las voces, su aliento continuo (esa radical diferencia con el piano). Se trata de un efecto poderosamente melancólico: el del antiquísimo fragmento del pasado (con su verticalidad "hueca" de la modalidad medieval) traído al presente, desde una traducción necesariamente "otra" (por no mencionar que, además, las quintas del piano temperado son un anacronismo para el modo de afinación del siglo XIV).
En este punto, me imagino, aunque no estoy seguro, que hay una gran diferencia entre quienes reconocen el "texto de origen" (no necesariamente son citas directas las de Gandini, a veces son fragmentos, bloques verticales, algunas notas) de quienes no. En este tipo de músicas, un oyente se enfrenta a su propia "biblioteca sonora" (una situación extrema de esto se da en el Scherzo de la Sinfonía de Berio). Y también, a la precisión de su memoria. En orden decreciente se puede reconocer autor y obra; autor pero no obra; estilo sin autor ni obra; epoca.
De todos modos, no creo que haya un efecto de erudición "excluyente" de su parte. Creo, antes bien, que Gandini, como Hualpa son continuadores de una tradición iniciada en el romanticismo: la del piano como "la medida" del todo musical. Schumann reseñando (inteligentemente por cierto!) la "Sinfonía Fantástica" de Berlioz, a partir de una transcripción pianística que le pasó Liszt es un buen ejemplo de ese modo de pensar y hacer la música.
Ricardo Piglia comentó en la mesa previa, que en la música de Gandini se podía encontrar también una construcción de instancia crítica. Este juego de espejos con el pasado de la música, enfrentado a los conocimientos musicales del oyente provocan un tipo de escucha muy particular para mí, en el que muchas veces me parece estar compartiendo, en tiempo real, el proceso de composición misma. A alguno le podra parecer que se pierde la magia. No me pasa con todas las músicas, pero si, en ocasiones con los desafíos que propone, con sus obras Gandini.
Cuando llegó ese momento, me ocurrieron varias cosas, supongo que en forma entre simultánea o velozmente yuxtapuesta. Voy con la primera:
Me acordé de las clases de Armonía con Sergio Hualpa, en Bellas Artes de la UNLP. Hualpa tenía una memoria prodigiosa de toda la literatura pianística, camarística, orquestal y aledaños de la música centro europea. Producto de su experiencia, creo que de maestro acompañante, solía abandonar la partitura que estaba tocando y pasar a un fragmento de "Tristán e Isolda" a otro de Hugo Wolff, para reforzar con hechos sonoros, lo que estaba argumentando. Me acordé de esto, porque en muchos casos, todos teníamos que hacer un esfuerzo de imaginación para completar lo que faltaba: cuerdas, voces, metales, percusión.
En el final de la octava sonata, Gandini estaba trayendo, desde el piano, las voces de la primer misa completa "de autor". Creo que nunca la escuché en vivo, pero si en disco varias veces; la seguí con partitura durante diferentes momentos de estudiante. La polifonía que traía Gandini desde el piano, me llevó a ese ejercicio de completar las voces, su aliento continuo (esa radical diferencia con el piano). Se trata de un efecto poderosamente melancólico: el del antiquísimo fragmento del pasado (con su verticalidad "hueca" de la modalidad medieval) traído al presente, desde una traducción necesariamente "otra" (por no mencionar que, además, las quintas del piano temperado son un anacronismo para el modo de afinación del siglo XIV).
En este punto, me imagino, aunque no estoy seguro, que hay una gran diferencia entre quienes reconocen el "texto de origen" (no necesariamente son citas directas las de Gandini, a veces son fragmentos, bloques verticales, algunas notas) de quienes no. En este tipo de músicas, un oyente se enfrenta a su propia "biblioteca sonora" (una situación extrema de esto se da en el Scherzo de la Sinfonía de Berio). Y también, a la precisión de su memoria. En orden decreciente se puede reconocer autor y obra; autor pero no obra; estilo sin autor ni obra; epoca.
De todos modos, no creo que haya un efecto de erudición "excluyente" de su parte. Creo, antes bien, que Gandini, como Hualpa son continuadores de una tradición iniciada en el romanticismo: la del piano como "la medida" del todo musical. Schumann reseñando (inteligentemente por cierto!) la "Sinfonía Fantástica" de Berlioz, a partir de una transcripción pianística que le pasó Liszt es un buen ejemplo de ese modo de pensar y hacer la música.
Ricardo Piglia comentó en la mesa previa, que en la música de Gandini se podía encontrar también una construcción de instancia crítica. Este juego de espejos con el pasado de la música, enfrentado a los conocimientos musicales del oyente provocan un tipo de escucha muy particular para mí, en el que muchas veces me parece estar compartiendo, en tiempo real, el proceso de composición misma. A alguno le podra parecer que se pierde la magia. No me pasa con todas las músicas, pero si, en ocasiones con los desafíos que propone, con sus obras Gandini.
No hay comentarios:
Publicar un comentario