Música, universo en expansión

La música es el denominador común a la hora componer, tocar, dar clases, investigar y hasta escribir en general. Música, entendida para mi, como un universo en permanente expansión.

sábado, 5 de julio de 2008

Zeitgeist

Desde Barcelona, Pau Faus me envía el link a su pagina Badiafonia. Se trata de un mapa de una pequeña ciudad cercana a Barcelona con puntos de colores. En cada punto, luego de hacer click, se abre una combinación que siempre me interesó: foto y audio del lugar invocado.
La quietud de la fotografía permite al audio desarrollarse en en el tiempo de un modo tal que puede establecerse un diálogo audiovisual, para mi mucho más fructífero que "contra" el video. La imagen en movimiento subsume, ¿inexorablemente? al texto sonoro.
En cambio la foto da espacio, deja hablar a los sonidos. Y permite el contrapunto. Un ejemplo: el billar está representado por una foto en primer plano de las fichas del dominó. El espacio en sí, el lugar donde se está jugando se representa acústicamente. Es el "fuera de campo" del cine, pero que aquí tiene mayor presencia gracias a la no competencia de la foto con la atención de la "arquitectura aural".
Hace unos años le propuse hacer un juego similar a Rafael Calviño, un gran fotógrafo con el que nos cruzábamos cotidianamente en la redacción del Diario La Nacion. Alguna vez no pude cumplir yo y otras él, así que el proyecto sigue pendiente.
Este recuerdo me lleva al punto de este post. Zeitgeist, palabra alemana que significa espíritu de época, me surgió cuando llegó el mail de Pau.
Su trabajo se asocia a un movimiento creciente de "paisajistas sonoros" en la web. La idea de paisaje sonoro surgió hace cuatro décadas y tuvo como primeros impulsores a los canadienses Murray Shaffer y Barry Truax.
Por estos días, nos llegaron varios mails de amigos comentando sobre el trabajo de David Byrne que transformó un viejo galpón en gran instrumento musical. Los amigos lo mandaban, entre sorprendidos y tal vez orgullosos! de que por acá en el sur, hayamos hecho algo similar, desde hace 5 años.
Se trata, en ambos casos, de un "espíritu de época", de un zeitgeist que lleva a que gente de lugares diferentes del planeta lleguen a ideas, conclusiones y experiencias similares. En estos caso, me parece que una clave importante se encuentra en los cambios tecnológicos: permiten hacer cosas impensadas hace años. Luego, esas cosas impensadas o impensables coinciden con los siempre fluctuantes paradigmas estéticos del arte. La polémica entre música versus Artes sonoro, da cuenta de esta tensión dentro del campo antes dominado por el modelo de la música autónoma, la música "absoluta" surgida como conquista de independencia, a fines del siglo XVIII. Pero, aún más allá de esa pelea por el dominio del "campo intelectual específico" (siguiendo el término de Bourdieu) cada artista o compositor produce una obra, instalación, intervención o como se la quiera denominar en base a paradigmas estéticos muy diversos. Entonces la materia, sea el espacio específico, el objeto, el material, van a ser utilizados, manipulados o hasta dejados librados al azar, en función del paradigma estético de cada autor. No es necesario que un artista los enuncie o aún sea conciente de ello (sobre este punto, no me canso de recomendar el libro "La idea de la música absoluta", de Karl Dahlhaus), pero es evidente que los resultados van a diferir en función de esos presupuestos estéticos.
En síntesis: se trata de instalaciones sonoras, performances, intervenciones, lo que se tienen son nuevos instrumentos para la creación musical/sonora. Como tales, les ocurre lo mismo que a un piano: permiten tocar músicas disímiles.
Las obras para espacios abiertos realizados por Xenakis (sus polytopes) y Llorenc Barber (conciertos de ciudades), son un ejemplo de esto.

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