Sobre lo que espera que suene en alguna de sus obras, dice Lachenmann: "Creo que la idea del azar ha sido mal comprendida. Cuando le pido a una orquesta que toque al unísono, tan rápido como le sea posible y producir un sonido particular, comenzando con la nota más aguda y terminando con la más grave, lo que resulta en algo que no puedo predecir. Depende de la orquesta, depende de lo que sucede. Si el mismo pasaje se tocara de nuevo, el resultado podría ser diferente. Pero esto no es un accidente, es otra versión de la misma cosa".
Tomado de una entrevista publicada en la Revista Circuit : musiques contemporaines, vol. 17, n° 1, 2007. Accesible aquí.
La improvisación nunca dejará de ser hermosamente imperfecta
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